Asà cambió Mies van der Rohe la historia de la arquitectura
Barcelona es una ciudad hecha de muchas ciudades. Está la Barcelona de GaudÃ, la Barcelona olÃmpica, la Barcelona del Eixample... y también la Barcelona de Van der Rohe. Porque un solo edificio le bastó al arquitecto alemán para cambiar la historia de la arquitectura y ligar para siempre la capital catalana a este hito.
La Exposición internacional de Barcelona de 1929 ha pervivido en el tiempo en forma de pabellón. En concreto, el que diseñaron Mies Van der Rohe y Lilly Reich -la reivindicamos desde aquÃ, porque para nosotros es una de las madres del diseño y la arquitectura moderna-.
Aunque existen varios documentales sobre la obra de Van der Rohe y Reich, no habÃa sido producido aún ninguno dedicado a esta obra arquitectónica revolucionaria. Un edificio que entonces fue efÃmero, ocho meses en realidad: montado en 1929 y desmontado al año siguiente. Pero desde entonces pasó -sin existir, paradójicamente- a estar presente en todos los manuales de arquitectura y en el imaginario de cualquier profesional.
En el documental “Mies on scene. Barcelona en dos actos†se narra cómo se gestó la idea y se adentra en los mitos y leyendas que giran en torno al proyecto. El mismo Van der Rohe aparece en la cinta; eso sÃ, en una entrevista realizada hace décadas, pero de gran valor por su testimonio. Explica cómo fue el encargo del proyecto y su primera reacción: “Yo no sé cómo es un pabellónâ€.
Además del proyecto arquitectónico en sÃ, Van der Rohe y Reich presentaron en el mismo espacio un diseño que también ha pasado a la historia: la Silla Barcelona. ¿Qué te vamos a decir de esta silla? Que la tenemos en el showroom de Pepe Cabrera y no nos cansamos de verla cada dÃa.En este post te contamos algunas curiosidades sobre ella.
El segundo tema que trata el documental es cómo se llevó a cabo primero la idea y después el desarrollo de la reconstrucción del Pabellón alemán. Poder visitarlo hoy en dÃa es una oportunidad que debemos agradecer al también arquitecto Oriol Bohigas, quien en 1980 se propuso este objetivo y 1986 fue una realidad.
En la cinta aparecen el equipo de arquitectos que dirigió la reconstrucción. No fue nada fácil: la ausencia de planos y documentación la convirtió en todo un reto. Y de entre los retos, uno de los más grandes fue localizar un tipo de mármol de los empleados -tres- en el pabellón, el ónice. No os desvelamos dónde lo encontraron.
En definitiva, el documental “nos sumerge en una reflexión sobre la capacidad transformadora del arte, la percepción emocional del espacio y el concepto de obra maestraâ€, según los propios directores.
Se ha estrenado recientemente pero puede verse en plataformas de alquiler como esta. Para abrir boca os dejamos con el tráiler.
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