El arquitecto que imaginó toda una ciudad
- 27/04/2019
- ARQUITECTOS
En el mundo existen muy pocas grandes ciudades de reciente construcción, si por reciente entendemos el siglo XX. Algunas de ellas nos parecerán antiguas, pero no lo son. Islamabad, por ejemplo, la actual capital de Pakistán, fue inaugurada en 1960. Canberra, la capital de Australia, fue creada como ciudad en 1913. El caso más cercano en el tiempo es Naipydó, en Myanmar, una urbe creada en 2005.
A nivel arquitectónico algunas sugieren más interés que otras. Sin duda, la Brasilia de Oscar Niemeyer está en los primeros puestos de la lista. Un top que se disputa con una ciudad que es sin duda el hito de las urbes construidas desde cero de la mano de un arquitecto de renombre. En efecto, nos referimos la ciudad india de Chandigarh, creada por Le Corbusier.
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Este trabajo, que es prácticamente la cumbre de su trayectoria en el mundo de la arquitectura, le fue encargado tras la independencia de la India del Imperio británico. Las ansias de crear una nación libre, aquella por la que Gandhi lo dio todo, llevó a sus dirigentes a imaginar una ciudad nueva, una urbe referente de lo que imaginaban, hacer realidad lo que habían soñado. Así nació el proyecto Chandigarh, la nueva capital para el estado de Punjab.
El arquitecto imaginó una ciudad de tipo funcional, que estuviese organizada a la semejanza de un cuerpo humano.
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Le Corbusier tenía mucha experiencia en el diseño de edificios pero nunca se había adentrado en el planeamiento de un trazado urbano de nueva planta. En Chandigarh el arquitecto franco-suizo optó por una trama dividida en 60 sectores, cada uno de 1,5km por 1,5km, aproximadamente. La idea era que todos los sectores sumaran una ciudad pero también que cada uno fuese autónomo: con sus colegios, mercados, templos... Cada zona debía cumplir alguna de las cuatro funciones esenciales: disfrutar, circular, trabajar y vivir.
En la arquitectura lecorbusiana para Chandigarh tiene mucho protagonismo el hormigón, estilo que contrasta con las construcciones tradicionales de la la India. El empleo de este material ha llevado a que en la actualidad los edificios ofrezcan un aspecto de desgastados que nada tiene que ver con la realidad. Pero sí que alerta de que es importante un mantenimiento para conservar esta obra magnánima.
Además del trazado, Le Corbusier también dejó su impronta en Chandigarh en forma de edificios oficiales, cuyo diseño forma parte de la historia de la arquitectura y convierte en aún más atractiva a la ciudad.
Algunos de los edificios más significativos son el Museo de Arquitectura, la Galería de Arte, la Asamblea de Chandigarh, el Secretariado y el Palacio de Justicia. Además, en agradecimiento al encargo del proyecto Le Corbusier creó el símbolo de la mano abierta -símbolo de la paz y la unión- y lo plasmó en un monumento de más de 20 metros de altura, que constituye uno de los iconos de esta joven ciudad india.
Uno de los objetivos de la arquitectura debe de ser hacer feliz a sus usuarios. Pues bien, el índice de felicidad de los habitantes de la India está liderado precisamente por Chandigarh, donde vive un poco más de un millón de personas. En ese bienestar seguro que ha influido la concepción de ciudad, con sus grandes zonas verdes y espacios de recreo incluido un lago, que imaginó Le Corbusier.